Colaboración Grattarola – Santana
Hacía mucho no sentía el corazón como ese día, en llamas. La intensidad que se vivió fue adrenalínica. Se pensó tanto cada detalle! A cada una de las que en su rol, desde donde se sentía cómoda, puso su cuerpo para este encuentro, solo quiero decirle GRACIAS.
Me emocionó saber que muchas mujeres llegaron solas al encuentro. Al EFD yo no llegué sola, llegué habiendo conocido un montón de mujeres bellas y fuertes. Me acuerdo que durante todo el encuentro las buscaba con la mirada. Porque es así, son mi referencia.
Integré desde mi lugar una comisión para la preparación de este encuentro, todo mientras transitaba uno de los viajes más grandes, prepararme para ir a vivir a otro país. Bloqueé la razón y dejé fluir el corazón. No dudé nunca en estar ahí. Y ¿por qué? Porque la motivación era todo, ahí estaban mis hermanas. Diversas ellas, en sus angustias y celebraciones, pero todas dispuestas a movilizarse por una causa y con una gran convicción. De esas que rompen cosas.
Creo que nunca fui ajena a las injusticias de la vida, pero soy una gran privilegiada. Mi motivación nace desde la empatía. Lo personal es político y esta lucha nos une a todas. Desde que me uní a este grupo no paro de aprender y admirarlas. Disfruto de escucharlas, leerlas, conocerlas. ¿Cómo no voy a jugármela? Mientras lloro pienso en cuánto pude sentir antes, durante y después del EFD que no sé si puedo explicar. Es el cuerpo que lo siente. Y se siente libre. Estoy sumamente agradecida, feliz y esperanzada.
Esto recién arranca. Soy de la idea de que a los procesos hay que tenerles paciencia. Pero no tengo dudas de que sólo puede salir bien. Haber surgido como desorganizadas para llamarnos diversas no hace más que afirmarlo. Las quiero quiero.
Arriba compañeras, esto recién comienza y ¡juntas somos poderosas!
Florencia Grattarola.