28 de Mayo: Día Internacional de Acción por la Salud de la Mujer
En medio de la situación de encierro, riesgo sanitario y económico que estamos atravesando, no debemos olvidar que las injusticias estructurales que causa el patriarcado no desaparecen y nuestros cuerpos se ven aún mas expuestos.
La menstruación continúa siendo tabú en la sociedad y esto tiene su correlato en cómo se diseñan las políticas públicas. La ausencia de políticas transversales contribuye a invisibilizar la gran diversidad de situaciones económicas y sociales y no toma en cuenta que el acceso a los productos de gestión menstrual es algo fundamental y de primera necesidad.
En las cadenas de supermercados y comercios de Uruguay pueden encontrarse a la venta tampones y toallitas que, además de tener un costo elevado y estar gravados por el Impuesto al Valor Agregado del 22%, varían en calidad y precio.
Existen alternativas a dichos productos que desde hace tiempo vienen haciéndose espacio tanto en el debate como en el acceso: la copa menstrual y las toallitas de tela .
La copa menstrual habilitada sirve para retener nuestro flujo menstrual. Al igual que los tampones, la copa se usa internamente, pero una de sus ventajas es que no absorbe la sangre sino que la contiene evitando así un shock tóxico, al retirar la copa se puede tirar su contenido en el water. El uso de la copa menstrual es una opción para quienes deseen incorporar un producto reutilizable.
Hay toallas que son bio ecológicas, prácticas y cuidan la salud íntima; protegen de las infecciones y no provocan irritaciones. Suelen ser muy fáciles de colocar en la ropa interior, de hecho, hay diseños de compresas reutilizables con alas para mayor comodidad. Estas compresas de tela, en su mayor composición de algodón, son absorbentes, impermeables e inoloras. Al igual que la copa menstrual, son reutilizables y estas se pueden lavar directamente en la lavadora.
Es deber del Estado generar un marco de regulación y habilitación para las dos alternativas mencionadas anteriormente, reivindicamos nuestro derecho a conocer los disensos y los consensos dentro de la comunidad científica sobre las distintas opciones de productos. Frente a la ausencia de estos mecanismos, florece la comercialización de productos que, a través de la incorporación de esloganes, no son aptos para el uso. Es necesario no solo señalar la oferta engañosa y la apropiación mercantilización de estos productos sino también desarrollar alternativas diversas para la gestión menstrual en el marco de la salud integral y el cuidado del medio ambiente.
Exigimos que el Estado cumpla con su deber de garantizar el acceso inclusivo e igualitario a los productos de gestión menstrual y para esto es fundamental regular el mercado y declararlos artículos de primera necesidad. Reclamamos que en el contexto de precariedad económica, sean incluidos en las canastas familiares y planes sociales.
Este 28 de mayo, Día Internacional de Acción por la Salud de la Mujer, enfatizamos que las políticas de integralidad en la atención deben considerar que la salud está atravesada por factores biopsicosociales. Tanto las desigualdades de acceso como de información atentan contra nuestro derecho a una vida digna.
Enlaces de interés:
https://harta.uy/que-cosa-con-la-copa/
https://www.ellahoy.es/salud/articulo/toallas-femeninas-reutilizables-bio-como-usarlas-y-beneficios/310290/
https://ladiaria.com.uy/articulo/2017/11/menstruar-sale-un-huevo/