8M2023: Juntas y organizadas paramos el mundo
En el día internacional de las mujeres, y como venimos haciendo desde hace 6 años en el Encuentro de Feministas Diversas, insistimos en que la lucha del movimiento feminista es colectiva. Sigue siendo necesario que las mujeres nos organicemos y movilicemos unidas para visibilizar nuestras opresiones, denunciar injusticias, reclamar por nuestros derechos y construir un mundo mejor.
Por primera vez en la historia, Uruguay tendrá un paro nacional de 24 horas de mujeres. Esta acción, definida en coordinación entre militantes del movimiento feminista y sindicales, significa una toma de conciencia respecto a la relevancia de lo que año tras año venimos denunciando: la brecha salarial, el techo de cristal, las múltiples formas de violencia basada en género fuera del espacio doméstico, las consecuencias que tiene la sobrecarga de las prácticas de cuidados en las mujeres, la disparidad en el trabajo no remunerado, el acoso naturalizado, entre otras
Este 8M2023 juntas y organizadas exigimos que las diferentes formas de violencia a las que nos enfrentamos sean visibilizadas en su justa complejidad. Paramos el mundo porque queremos transformarlo.
Violencia femicida y sexual
Paramos:
- Porque nos matan por el hecho de ser mujeres. En lo que transcurre de este 2023 se han identificado 4 feminicidios y 1 caso de violencia vicaria. En el año 2022 fueron 44 feminicidios, que incluyen 8 casos de violencia vicaria. El Estado continúa siendo omiso ante la gravedad que demuestran las cifras, aún cuando el movimiento feminista y de mujeres organizadas viene desde hace años dando batalla para visibilizarla.
El problema de los datos, el registro y la tipificación no hace más que agravarse, de nueve mujeres que fueron asesinadas en lo que va del año; ningún caso fue considerado femicidio. La dificultad en el acceso a los datos para realizar análisis y pedidos fundados se ve profundizada cuando la justicia no establece el agravante por feminicidio aún cuando se encuentra una relación evidente basada en género detrás de estos crímenes. Es por estas razones que las feministas recurrimos a confeccionar nuestras propias bases de datos sobre feminicidios -no como concepto judicial y de agravante de penas, sino como móvil de asesinato-, y somos quienes exigimos justicia por las muertas víctimas de VBG ante el silencio y la demora. - Porque nos violan, y nos violan en grupo. No siendo suficiente el estigma que supone atravesar la violencia sexual, el sistema la amplifica: los operadores policiales nos violentan a la hora de denunciar, el sistema de salud no cumple con los cuidados contra ITS que preveen las leyes actuales y los medios de comunicación nos re victimizan. Son seis los casos de violaciones grupales que trascendieron desde enero de 2022 en nuestro país, siendo dos de ellos relatos correspondientes al año corriente.
- Porque la violencia contra nuestros cuerpos son parte del sistema sexual, genérico, inequitativo y cruento, que reproduce la sexualización y cosificación que vivimos desde niñas, incluso dentro de los entornos más íntimos, y no responde a condiciones particulares ni son excepciones. Estamos hartas de los abusos sexuales intrafamiliares.
- Porque #NoEstamosTodas. Nos siguen desapareciendo, y el Estado no investiga ni persigue a los culpables aunque los casos de explotación sexual se hayan duplicado en los últimos ocho años. Según los datos de nuestro Proyecto Desaparecidas, en lo que va del año 2023 hubo 13 búsquedas de mujeres en redes sociales; de ellas, 2 continúan sin aparecer. Hoy son 561 los casos de desapariciones de mujeres registrados por el Encuentro de Feministas Diversas, de las cuales 65 continúan desaparecidas (no ausentes).
¿Qué pasó? ¿Dónde están? ¿Cómo continúa la investigación?
Una vez más reclamamos la inoperancia en la sistematización de datos oficiales, y en especial el abandono tecnológico de la página de Personas Ausentes del Ministerio del Interior. Es tal la desactualización del sitio web que permanecen expuestas las figuras de muchas mujeres que ya fueron localizadas o en el peor de los casos, les quitaron la vida. Además, nos preocupa que no haya correlación entre las búsquedas publicadas en redes sociales y la información que se publica a nivel ministerial. Basta con cruzar la información con los datos que publicamos en nuestros precedentes contenidos. Creemos que el acceso a una información transparente es esencial para dimensionar el volumen de desapariciones en nuestro país. Las desapariciones y la trata con fines de explotación sexual son realidades complejas y multifactoriales. Uruguay es un país de origen, tránsito y destino de la trata. La prevención, monitoreo, acompañamiento a las familias y medidas de reparación son tan importantes como la propia búsqueda Por esto exigimos un compromiso político claro en relación al presupuesto para la implementación de la Ley N° 19.643 de Prevención y Combate de la Trata de Personas - Porque el sistema empuja a quienes viven mayores vulneraciones a la prostitución para violentarlas sistemáticamente. La mayoría de las mujeres cis y trans no eligen el trabajo sexual y quienes lo atraviesan, están en permanente riesgo de violencia. El sindicato de trabajadoras sexuales exige el acceso a mayores y mejores oportunidades de trabajo y al derecho a la seguridad social y salud.
Violencia institucional
Paramos:
- Porque la falta de recursos para la creación de fiscalías y juzgados especializados en violencia basada en género y para la capacitación de operadores judiciales, nos hace afirmar que el Estado es responsable de las muertes y desapariciones de mujeres.
- Porque detrás de los actos de violencia hacia las mujeres, abundan los varones reincidentes que aún con denuncias previas por VBG, o incluso con porte de tobillera electrónica, vuelven a cometer actos de violencia hacia la denunciante u otras mujeres. El Estado falla en la reparación de las víctimas en tanto no existen mecanismos de control, de prevención y mucho menos de re-educación a varones violentos, y como consecuencia la VBG continúa afectando nuestras vidas e incluso muchas veces la reincidencia termina con la vida de otra mujer. En paralelo, se promueven talleres basados en datos no oficiales que criminalizan a las mujeres. Repudiamos lo sucedido recientemente con talleres dictados por la Dirección de Género de la Intendencia de Maldonado que, en base a una ridiculización de las estadísticas de violencia, puso foco en la estigmatización de las lesbianas.
- Porque la aplicación de la normativa vigente sobre Violencia Basada en Género en organismos estatales queda en manos de la ideología de sus jerarcas.
- Porque nos siguen encarcelando en nombre de una fracasada guerra contra las drogas, siendo víctimas de nuestras parejas primero y del Estado después. Al respecto, recordamos el compromiso -aún sin cumplimiento- de las parlamentarias oficialistas en la revisión del Art. 74 de la LUC que establece penas de 4 a 15 años de prisión por el delito de ingreso de sustancias a las cárceles, y exigimos políticas que contextualicen las situaciones de vulnerabilidad socioeconómica en la que viven estas mujeres.
- Porque seguimos atentas ante el proyecto de corresponsabilidad en la crianza. Consideramos que es una propuesta regresiva en las garantías de protección a niñes y adolescentes víctimas de violencia. Debe primar el “interés superior”, como establecen las convenciones y tratados internacionales a los que Uruguay se ha comprometido a respetar.
- Porque en este 2023 alzamos bien claro nuestro NO ante el proyecto de ley que amplía la gestación subrogada más allá de los lazos de sangre. Apostamos por la construcción de familias diversas, en las que las relaciones de afecto, respeto y responsabilidad trasciendan el esencialismo biológico. Nos oponemos enfáticamente a la mercantilización y cosificación de nuestros cuerpos.
Violencia económica y laboral
Paramos:
- Porque la pobreza en Uruguay, en los países dependientes y en todo el mundo está feminizada.
- Porque somos las grandes perdedoras de la reforma previsional y nos vamos a jubilar con menos dinero.
- Porque trabajamos más horas pero ganamos menos: un 17,8% menos. Porque el cuidado de niñes, personas con discapacidad y mayores recae principalmente sobre nosotras, aunque trabajemos fuera del hogar, y eso condiciona nuestro desarrollo en la vida pública. Porque más de la mitad del trabajo que realizamos no es reconocido como tal, pero se nos exige y culpabiliza si no lo hacemos.
- Porque la brecha de género condiciona nuestras elecciones y nuestras aspiraciones. Porque el techo de cristal hace que no ocupemos en números significativos altos cargos en gobiernos ni empresas, ya sea públicas o privadas, aún muchas veces estando académicamente mejor calificadas.
- Porque a pesar de ser mayoría en la sociedad y de estar preparadas y comprometidas, nuestra voz es minoría en el parlamento, en los medios de comunicación, en los altos grados universitarios y en los sindicatos.
Interseccionalidad y violencia
Paramos:
- Porque si somos afro, migrantes, indígenas, pobres, gordas o estamos en situación de discapacidad sufrimos aún más discriminación, violencia y represión. Porque en los centros de salud estamos expuestas a todo tipo de abusos.
- Porque nuestro ser mujer no se limita a la normalización impuesta: somos cis, intersexo, trans, queer, heterosexuales, lesbianas, bisexuales, y luchamos contra los miedos y las vulnerabilidades que no nos permiten reconocernos y vivir libremente. Porque el heteropatriarcado capitalista nos violenta todos los días.
- Porque somos las más perjudicadas por el avance del conservadurismo y el fascismo en América Latina.
Paramos juntas y organizadas porque no somos un meme, ni una nota al pie, ni un “bondi del que te bajás” cuando sentís que ya entendiste la idea, cuando por revisar un par de prácticas machistas crees que ya te deconstruiste.
No somos un certificado para embellecer empresas, emprendimientos, murgas o curriculum personales.
No somos un quiosco para armar cuando la situación puntual lo amerite y desarmar cuando ya pasó el momento.
No somos una tendencia para monetizar en redes.
No somos solamente nuestra experiencia personal.
Somos un movimiento que busca transformar un sistema injusto desde lo personal hasta la estructura social que legitima violencias e injusticias.
Nos une un solo grito: ¡ni una mujer menos! Confiamos en la potencia de nuestro encuentro, y de los consensos colectivos que nos atraviesan.
Nuestro Feminismo no es un eslogan de marketing, ni es una moda.
A pesar de la estigmatización del movimiento de mujeres. A pesar del continuo que existe entre la violencia y los discursos de odio que llegan y operan en los centros de poder, a pesar de las múltiples dificultades que atraviesa nuestro ser latinoamericano, no tendrán nunca más la comodidad de nuestro silencio.
Encuentro de Feministas Diversas