¿Sabías que el 15 de octubre se conmemora el Día de la Mujer Rural?
Más de un tercio de la población mundial está compuesto por mujeres rurales, que representan el 43 % de la mano de obra agrícola. Sin embargo, los múltiples impactos de la pobreza y la marginación recaen de manera desproporcionada sobre estas mujeres.
- Ellas no disponen del mismo acceso a la tierra, créditos, materiales agrícolas, infraestructura, mercados o cadenas de productos cultivados de alto valor, ni a servicios como educación o asistencia sanitaria, entre otros.
- La participación política de las mujeres rurales dentro de sus comunidades y hogares es muy limitada en relación con la de sus pares varones.
- Su labor es invisibilizada y no remunerada, a pesar de que las tareas aumentan y se endurecen. La rutina de las mujeres rurales se caracteriza por la sobrecarga de trabajo, debido a una división sexual del trabajo que deja en sus manos las labores reproductivas, productivas y de autoconsumo.
- En todo el mundo, la proporción de tareas no remuneradas que realiza una mujer rural es mayor a la de una mujer urbana, y mucho mayor que la de los hombres, sean urbanos o rurales.
- Además, los efectos del cambio climático sobre los recursos naturales y productivos agravan las desigualdades de género en las zonas rurales.
Las mujeres rurales juegan un rol fundamental en la transmisión del conocimiento, que incluye la memoria histórica de los pueblos y los saberes técnicos como el manejo agroecológico, la selección de semillas, la reproducción de plantas y los usos medicinales de las hierbas.
Dado que el 76 % de las personas que viven en extrema pobreza se encuentran en áreas rurales, asegurar el acceso de las mujeres rurales a los recursos agrícolas productivos contribuye a disminuir el hambre y la pobreza en todo el mundo.
En Uruguay, según datos de Cepal, un 19,7 % de las explotaciones rurales tiene al frente una mujer. Si bien las mujeres rurales uruguayas han alcanzado algunos logros (cotitularidad en el acceso a tierras, diseño de políticas y proyectos productivos orientados a la mujer rural, nuevas estrategias de funcionamiento de las Mesas de Desarrollo Rural, apoyos técnicos y capacitaciones), aún falta mucho por recorrer.
En el último Encuentro Nacional de Mujeres Rurales (2018) más de 120 mujeres alzaron su voz para demandar más derechos y oportunidades: mayor fiscalización sobre el cumplimiento de leyes laborales, más información sobre la cotitularidad de la tierra, más acceso a la tierra, tanto para jóvenes como para mujeres, mayor acceso y opciones de créditos y derecho al ocio y al tiempo libre.
Porque el camino hacia la igualdad se recorre con autonomía y empoderamiento, en el EFD hacemos visibles y apoyamos las demandas de las mujeres rurales uruguayas.