Marielle Franco. A un año de su homicidio
El 14 de marzo de 2018 fue asesinada Marielle Franco.
Dos años antes había sido electa concejala en las elecciones municipales de Río de Janeiro, por la coalición Cambiar es posible. Socióloga, nacida en una favela, militante por los derechos de las mujeres negras, las personas LGBTI y las comunidades marginadas, Marielle luchó incansablemente por los derechos humanos en Brasil de manera transversal.
Ese 14 de marzo, luego de un debate político cultural en La Casa de las Negras, promovido por el PSOL (Partido Socialismo y Libertad, al cual pertenecía), su auto fue alcanzado por numerosos disparos provenientes de otro vehículo que luego huyó. Marielle sufrió el impacto de tres disparos en la cabeza y uno en el cuello. El conductor, Anderson Gomes, también fue asesinado de tres disparos en la espalda.
Las causas del crimen
Unas semanas antes de su asesinato, Marielle había sido designada relatora de la comisión parlamentaria especial que se encargaba de seguir las intervenciones militares en Río de Janeiro, que habían sido ordenadas por el entonces presidente Michel Temer. En ese marco, también investigaba el tráfico de armas. Días antes de ser asesinada, Marielle había acusado a la Policía Militar de haber asesinado a dos jóvenes en un operativo en la favela Acari y de haber abandonado sus cuerpos en una zanja. El colectivo Papo Reto acompañó a Marielle en esta denuncia.
Activistas y militantes de Brasil, así como de toda América Latina, han alzado su voz y denunciado las negligencias y silencios en la investigación del crimen de Marielle Franco. Se pronunciaron públicamente en varias ocasiones la oficina de Derechos Humanos de la Organización de las Naciones Unidas, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y las organizaciones Amnistía Internacional y Human Rights Watch.
Erika Guevara Rosas, directora de Amnistía Internacional para las Américas, dijo recientemente: «Tras un año de investigación, la incapacidad de las autoridades brasileñas para resolver el homicidio de Marielle Franco transmite el mensaje de que los ataques contra defensores y defensoras de los derechos humanos quedarán impunes» (1).
En el texto O perigo feminino á branquitude patriarcal, Juliana Borges dice: «Al entrar en un espacio de poder históricamente blanco y patriarcal, reafirmando su negritud, su identidad territorial-periférica, su sexualidad, Marielle estremecía simbólicamente muchas estructuras fundamentales de una sociedad capitalista-patriarcal» (2).
La conexión Bolsonaro
Este 12 de marzo, dos días antes de cumplirse un año del homicidio, se dictó prisión preventiva contra Ronnie Lessa, un policía militarizado a quien se acusa de ser el autor de los disparos, y contra Elcio Vieira de Queiroz, un expolicía acusado de manejar el vehículo desde el cual se llevó adelante el tiroteo. La Fiscalía se encuentra analizando los móviles, así como el diseño del plan llevado adelante por los autores materiales e intelectuales.
La prensa destaca que los dos detenidos tienen vínculos con el actual presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, o con miembros de su familia. Por ejemplo, subrayan que al momento de la detención, «Lessa se encontraba en su vivienda en un lujoso condominio en el barrio de Tijuca, donde también tiene su residencia familiar el presidente» (3) y que tiempo atrás, Queiroz había publicado en Facebook una foto suya junto a Bolsonaro. Además, en la conferencia de prensa posterior a las detenciones, el comisario Giniton Lages mencionó que la hija de Lessa había sido novia del hijo menor de Bolsonaro, Jair Renán (4).
Los detenidos formaban parte de un grupo de sicarios conocido como la Oficina del Crimen, que tiene vínculos con una milicia del barrio Rio das Pedras, la misma zona donde reside el chofer y testaferro de Flávio Bolsonaro, además de otros asesores del hijo mayor del presidente (4).
Justicia para Marielle
En Brasil, una mujer es asesinada cada dos horas (5). Frente a un escenario político y sistémico que pugna por volverse aún más conservador e injusto, frente a los intentos de restauración del ultraneoliberalismo, consideramos fundamental pedir justicia por Marielle y, con ella, pronunciar nuestra solidaridad con su comunidad y nuestro rechazo a cualquier forma de criminalización y castigo del activismo por la defensa de derechos.
Exigir justicia no es solamente saber quién mató a Marielle Franco, sino saber también por qué y, sobre todo, quién la mandó matar.
#MariellePresente
EFD
Fuentes:
1) Amnesty International
2) Mídia NINJA
3) RT
4) TN
5) ANSA LATINA
Fotografía de Marielle: Mídia NINJA