Este primero de mayo alzamos la voz
Las mujeres están sub-representadas en la mayoría de las directivas de los sindicatos, incluso en aquellos en los que son mayoría. Es notoria la falta de mujeres integrando el Secretariado Ejecutivo del PIT-CNT.
Las mujeres ganan un menor salario (brecha salarial): cada 100 pesos que gana un hombre por hora, una mujer gana 94,6.
Las mujeres dedican en promedio casi el doble de tiempo semanal que los hombres al trabajo no remunerado (cuidado a niños/as, adultos/as mayores y tareas domésticas). Esta situación se mantiene aunque trabaje la misma cantidad de horas fuera del hogar. Es decir, doble jornada.
Se mantiene la reproducción de roles adjudicados a las mujeres como “naturales” también dentro del ámbito laboral. En el sector educativo continúa siendo mayoritario el número de mujeres trabajadoras. A su vez, casi la totalidad (el 95%) de las personas ocupadas en el sector de cuidados son mujeres.
Continúa siendo un debe analizar con perspectiva de género la situación laboral de las mujeres que desempeñan cargos universitarios y ocupaciones académicas. No queremos dejar de mencionar las dificultades a las que se enfrentan y los obstáculos que deben sortear y que no son cuantificables.
Un alto porcentaje de las mujeres afro y trans que están ocupadas desarrollan tareas en sectores de trabajo precario. Estos empleos presentan condiciones laborales desfavorables en términos de estabilidad y remuneración e incluso en el acceso a la seguridad social y a la cobertura de salud. 1 de cada 5 mujeres afro ocupadas, se emplean en el sector cuidados. De las personas trans ocupadas apenas 1 de cada 5 accede a FONASA.
La tasa de desempleo de las mujeres es superior a la de los varones: 9,6% y 6,9% respectivamente. Las mujeres afro presentan una tasa de desempleo mayor que las no afro. Para las mujeres trans alcanza un 30%.
La desigualdad visible e invisible nos interpela como sociedad. Somos trabajadoras.