No nos callan más
Otra vez queda en evidencia la cara patriarcal de un aparato judicial que vela por la impunidad. La intención adoctrinadora de estos hechos, cuyo mensaje pretende silenciarnos y amedrentarnos, es parte de los dispositivos del poder.
A dos años del brutal crimen de Lucía Pérez, la justicia argentina resolvió perpetuar las máscaras de una sociedad misógina con una sentencia que desconoce el móvil estructurante del asesinato.
En El Salvador, Imelda Cortez Palacios está presa y esperando juicio acusada de tentativa de homicidio agravado por haber tenido un parto extrahospitalario.
Sus voces están en el grito de cada una de nosotras, porque no nos callan más, porque la perspectiva de género y derechos es condición necesaria de cualquier sistema judicial, porque es tiempo de nosotras, mujeres de aquí y de allá, juntas.