¿Por qué las mujeres paramos este 8M?
Este 8 de marzo nosotras paramos:
Porque en Uruguay nos matan cada 9 días.
Porque el acoso callejero permanente no nos deja circular libres y tranquilas por la ciudad.Porque no podemos caminar de noche sin tener miedo a no llegar. Porque si denunciamos un abuso, la prensa y la justicia nos revictimizan y culpabilizan. Porque si nuestros hijes son víctimas de violencia, la culpa siempre es nuestra. Porque la mayoría de las mujeres víctimas de femicidio son asesinadas en su propio hogar o tenían una relación íntima con el asesino. Porque la violencia intrafamiliar es parte de nuestra vida cotidiana.
Porque nos acosan, nos abusan, nos violan y nos matan.
Porque nos desaparecen.
Porque somos víctimas de trata y explotación sexual.
Porque si somos afro, migrantes, indígenas, pobres, gordas o estamos en situación de discapacidad sufrimos aún más discriminación, violencia y represión.Porque en los centros de salud mental estamos expuestas a todo tipo de abusos.
Porque nuestro ser mujer no se limita a la normalización impuesta: somos cis, intersexo, trans, queer, heterosexuales, lesbianas, bisexuales, y luchamos contra los miedos y las vulnerabilidades que no nos permiten reconocernos y vivir libremente. Porque el heteropatriacado capitalista nos violenta todos los días
Porque trabajamos más horas pero ganamos menos. Porque el cuidado de niñes, personas con discapacidad y mayores recae principalmente sobre nosotras, aunque trabajemos fuera del hogar, y eso condiciona nuestro desarrollo en la vida pública. Porque más de la mitad del trabajo que realizamos no es reconocido como tal, pero se nos exige y culpabiliza si no lo hacemos.
Porque somos las más perjudicadas por el avance del conservadurismo y el fascismo en América Latina.
Porque la pobreza en Uruguay, en los países dependientes y en todo el mundo está feminizada.
Porque la brecha de género condiciona nuestras elecciones y nuestras aspiraciones. Porque el techo de cristal hace que no ocupemos en números significativos altos cargos en gobiernos ni empresas, ya sea públicas o privadas, aunque estemos mejor calificadas que los varones.
Porque a pesar de ser mayoría en la sociedad y de estar preparadas y comprometidas, nuestra voz es minoría en el parlamento, en los medios de comunicación, en los altos grados universitarios y en los sindicatos.
Si paramos las mujeres, paramos el mundo.
Encuentro de Feministas Diversas
EFD