3 de junio de 2021: Ni una menos
No estamos todas
Este ni una menos nos encuentra en un contexto complejo. A la difícil situación sanitaria causada por la pandemia de COVID-19 se suman la creciente precarización laboral y económica y el aislamiento social, que multiplica el riesgo y limita nuestras acciones. Frente a la estigmatización del movimiento de mujeres, la expansión del discurso individualista y ante la reacción conservadora, el Encuentro de Feministas Diversas llama nuevamente a tender lazos de solidaridad conjunta.
Mientras la vorágine de información cotidiana sobre la pandemia invade la opinión pública, a nosotras nos siguen matando y desapareciendo. Ofrecemos a continuación nuestro trabajo de seguimiento en relación a los femicidios y desapariciones en Uruguay.
Feminicidios
Los feminicidios no son hechos aislados sino parte del entramado de relaciones de poder, de jerarquías de género, de roles asignados, de opresión y de misoginia que caracteriza a la sociedad en la que vivimos. Nuestro rol como feministas en esta realidad compleja es comprender a fondo la problemática para señalar, denunciar y transformar de manera organizada la violencia estructural.
La magnitud de los feminicidios en nuestro país demuestra que debe ser abordado como un problema público de emergencia nacional.
Según los datos del proyecto Feminicidio Uruguay:
En el año 2020 ocurrieron 22 feminicidios (dos corresponden a hijes) y 21 intentos de feminicidio.
En lo que va de 2021 hubo 12 feminicidios y 6 intentos de feminicidio.
Por su parte, El Ministerio del Interior ha publicado datos de femicidios/homicidios de mujeres hasta el 2019, pero solo para 2018 ha publicado datos desagregados en catálogo de datos abiertos. El Observatorio de Violencia Basada en Género – previsto en la ley Número 19.580 – tiene publicado femicidios hasta 2019: https://www.gub.uy/comunicacion/publicaciones/indicadores. En el año 2020 se hizo un informe en el que se revisaron los homicidios a mujeres desde 2013 a 2018 y contaron la cantidad de femicidios más allá de la tipificación judicial.
Ante esta situación, volvemos a subrayar – como lo venimos haciendo desde hace más de cuatro años – que los datos de alta calidad y abiertos son condición necesaria tanto para el buen diseño de políticas públicas como para el ejercicio de nuestro derecho al acceso a la información.
Nuestras muertas no son “daños colaterales”, como se dijo públicamente hace un año desde el sistema político. Nosotras las recordamos y nombramos a cada una y es por eso seguimos insistiendo: No estamos todas.
- A. C., de 57 años, asesinada por su hijo el 2 de enero de 2021 en Villa del Carmen, Durazno.
- Carolina Escudero, de 27 años, asesinada por su expareja el 11 de enero de 2021 en Arroyo del Timote, Florida
- Rosmari Fernández, de 23 años, asesinada por su pareja el 4 de febrero de 2021 en Isidoro Noblía, Cerro Largo
- Dania, de 26 años, asesinada por su pareja el 8 de febrero de 2021 en Barrio Unión, Montevideo
- Stefhani Rodríguez, de 33 años, su cuerpo fue encontrado el 18 de febrero de 2021 en Barrio 19 de Abril, Montevideo. Su familia la había denunciado como desaparecida en mayo de 2020.
- Karina Díaz, de 24 años, su cuerpo fue encontrado el 18 de febrero de 2021 en Barrio 19 de Abril, Montevideo. Estaba desaparecida hacía más de un año.
- María Eugenia Villanueva, de 29 años, asesinada por su pareja el 19 de febrero de 2021 en Barrio Conciliación, Montevideo
- Leticia Coll, de 43 años, asesinada por su ex-pareja el 7 de marzo de 2021 en Sauce, Canelones
- Mujer de 31 años, asesinada por su pareja el 25 de marzo de 2021 en Unidad Casavalle, Montevideo
- María Isabel Correa Brum, de 28 años, asesinada por un allegado el 20 de abril de 2021 en Barrio Ferrocarril, Tacuarembó
- Mirta Isabel Correa Correa, de 60 años, asesinada por su pareja el 29 de abril de 2021 en Tacuarembó
- Mujer de 37 años, asesinada por su pareja el 18 de mayo de 2021 en barrio Malvín Norte, Montevideo
Nos faltan las que callaron, las que gritaron y no fueron escuchadas, las que aguantaron, las que fueron obligadas a ser como debían ser y no solo ser.
Nos matan, nos violan, nos desaparecen, nos explotan, nos subestiman, nos desprecian. La violencia en todas sus dimensiones busca adoctrinar, busca someter, busca silenciar. Las que seguimos vivas recibimos el mensaje, pero no lo aceptamos. Somos la voz de las que ya no la tienen, de las que han sido silenciadas, somos las nietas de generaciones que no admitieron el destino que nos asigna este sistema. De ellas aprendimos y seguimos aprendiendo a conquistar nuestra libertad.
Desaparecidas
La desaparición de mujeres en nuestro país, cada vez más jóvenes y de sectores vulnerables, nos tendría que interpelar a todes porque Uruguay es DESTINO, ORIGEN Y TRÁNSITO DE TRATA DE PERSONAS CON FINES DE EXPLOTACIÓN SEXUAL, y las víctimas son en enorme mayoría adolescentes y mujeres.
Según los datos que lleva adelante nuestro proyecto de observatorio, actualmente hay 68 desaparecidas. En el 2020 fueron 8 y en lo que va de este año estamos también buscando a Selena
Las desapariciones y la trata son realidades complejas y multifactoriales. Por eso, la prevención, monitoreo, acompañamiento y reparación son tan importantes como las búsquedas. Exigimos un compromiso político claro en relación al presupuesto para la implementación de la Ley N° 19.643 de Prevención y Combate de la trata de Personas.
Sin ningún amparo de instituciones gubernamentales, las familias de las mujeres con consumo problemático de drogas denuncian al narcotráfico y a las redes de trata por desaparecer a sus hijas. La ausencia de políticas públicas para tratar las adicciones como un problema de salud pública expone aun más a mujeres y jóvenes a ser víctimas del crimen organizado.
La explotación y abuso de niños, niñas y adolescentes, la trata de personas, las desapariciones y feminicidios, son resultado de una red de violencias y relaciones de poder que actúan con impunidad. Estamos hartas de la impunidad con la que este sistema nos silencia, humilla, explota, subestima, cosifica, desaparece y mata. Necesitamos fortalecer nuestra red de resistencia y transformación para terminar con el saqueo a nuestros cuerpos y territorios.
Sí, vivas nos queremos, pero no es suficiente. Nos queremos libres, plenas y con herramientas para ejercer nuestra autonomía.
No estamos todas.
Ni una menos desaparecida por la trata.
La responsabilidad es colectiva, el silencio es cómplice.
Encuentro de Feministas Diversas.