8m2022: Estamos hartas, seguimos juntas
Las mujeres sostenemos el mundo así que, juntas, podemos transformarlo.
En casi dos años de emergencia sanitaria, las mujeres sostuvimos el tejido social, las ollas populares, las redes solidarias en los barrios cuando las instituciones parecían ausentes, el trabajo en la salud y en la educación, el activismo contra la violencia sexista y los reclamos ante la precarización laboral y económica. Las mujeres nos hemos encargado históricamente de los cuidados tanto no remunerados como dentro del mercado laboral. Si nosotras sostenemos el mundo, entonces, también podemos transformarlo. ¡No nos callan más!
En las últimas décadas, el 8 de Marzo ha tomado un creciente impacto internacional. Las mujeres de todo el mundo logramos tender múltiples diálogos dentro y fuera de nuestros territorios lo que nos ha permitido aprender y construir desde diferentes campos, saberes y acciones. Sin embargo, la estigmatización del movimiento de mujeres se ha instalado con el avance del discurso de odio y las posiciones conservadoras. Parece que juntas somos peligrosas para el neofascismo, para el machismo, para la cultura misógina que sostiene y legitima un sistema desigual e injusto que quiere mantenernos calladas ante las violaciones a nuestros derechos, trabajando bajo condiciones desiguales, estudiando saberes construidos desde un paradigma que no permite interponer preguntas.
Juntas somos peligrosas porque somos una fuerza transformadora y creativa, que resiste y no se repliega, que aporta ideas y acción a la lucha por un mundo mejor en donde el simple hecho de existir no signifique una amenaza para la vida y la dignidad. A pesar del aislamiento sanitario durante estos dos años hemos sido las que denunciaron la falta de compromiso en la lucha contra las distintas manifestaciones de la violencia de género. Hemos sido las que alzaron la voz para preguntar por los efectos del encierro promovido por la pandemia en niños, adolescentes y personas mayores. Hemos sido las que preguntamos por los efectos de las vacunas en nuestro metabolismo, las que intercambiamos experiencias respecto a los cambios en el ciclo menstrual cuando la ciencia dominante no nos brinda información. Juntas, llevamos adelante ollas populares, triplicamos nuestra jornada e inventamos nuevas formas de estar cerca y cuidar a las que cuidan.
El movimiento feminista en su diversidad se debe rearmar permanentemente ante los ataques sistemáticos y responder con acciones, organización y unidad. Sabemos que no es fácil vivir y comprender los tiempos que nos tocan vivir, ante las adversidades y a pesar de ellas, en el EFD estamos juntas y organizadas. Ni encerradas ni calladas.
El Encuentro de Feministas Diversas llega a sus 5 años. Cinco años que estamos en alerta contra los feminicidios, ya son 8 las mujeres muertas por violencia machista en 2022, ocurriendo un feminicidio cada 8 días aproximadamente. 30 fueron las víctimas en 2021. Seguimos denunciando la falta de voluntad política para un presupuesto real y suficiente para la Ley de Combate a la Trata de Personas y la Ley Contra la Violencia de Género.
Hartas de la ineficacia que tienen las políticas que hoy se despliegan, un nuevo 8 de marzo nos encuentra preguntando otra vez: ¿cuántas más tienen que morir para que el silencio cómplice y la impunidad dejen de regir nuestra sociedad? ¿Cuántas más tienen que desaparecer para que cada uno de los agentes sociales promueva públicamente un pacto social ante esta emergencia?
En lo que va de 2022 hubo 37 búsquedas de mujeres en las redes sociales, siendo el 40% de ellas menores de edad. En la actualidad hay 72 mujeres desaparecidas. Hay familias sin respuestas, niñes sin amparo. Nos preocupa la vulnerabilidad de las mujeres, adolescentes y niñas que pueden caer en redes de trata con fines de explotación sexual, así como la trama de complicidades y negligencias que sostienen estas organizaciones y perpetúan este delito de lesa humanidad. Las desapariciones muchas veces son parte del entramado al servicio de la Trata y la explotación de mujeres. Volvemos a repetir que nuestros cuerpos no son mercancía, ni bienes de consumo o negocio. No estamos todas
No olvidamos a Stefhany, Karina y Micaela, cuyos cuerpos aparecieron en tarrinas de plástico, enterradas en el Barrio 19 de Abril y flotando en el Arroyo Pantanoso en la zona del Barrio Cauceglia. Exigimos que se investigue la raíz de las múltiples desapariciones acontecidas en la zona oeste de Montevideo, y nos negamos a que el desenlace para nuestras vidas sea aparecer muertas en una tarrina.
Tampoco dejaremos pasar la absoluta desidia con la que tanto la policía, el Ministerio del Interior como los organismos que deben garantizar y dar curso a investigaciones urgentes y de alto riesgo, abordaron la desaparición de Ahielén. Exigimos que se abra una investigación urgente sobre cómo se llevó adelante un proceso que permitió que este hombre lograra escaparse.
No olvidamos el caso de los asesinatos de 5 mujeres trans ocurridos en 2012 y 2013, cinco homicidios que permanecen sin aclararse y de los que solo se avanzó en la investigación como efecto colateral de la amenaza hacia figuras de poder a partir de la imputación por otro delito.
Repudiamos también los ataques racistas y misóginos a Deborah Rodriguez y Chabela Ramírez. El insulto y la agresión física buscan silenciarnos y alejarnos de la esfera pública, especialmente a quienes buscan justicia social. Mientras que algunos todavía repiten que no hay racismo en Uruguay, nosotras sabemos que es una mentira usada para justificar la discriminación. En palabras de Chabela: “el racismo no deja vivir”. El EFD desde su fundación se compromete a ser parte del cambio.
Observamos con preocupación los proyectos de ley sobre tenencia compartida y corresponsabilidad que se están impulsando. La corresponsabilidad en los cuidados de niñas, niños y adolescentes debe ser en todas las áreas de su vida e implica ser responsables en los cuidados diarios no remunerados y el acompañamiento en su crecimiento y desarrollo, que en nuestra sociedad están mayoritariamente a cargo de las mujeres. Muchos hombres se ven incentivados a obtener la tenencia de sus hijes por el acceso a prestaciones sociales pero no se hacen cargo de su manutención y cuidado. En el Artículo 3 del proyecto de Ley de Corresponsabilidad en la Crianza, modificación propuesta al artículo 35 del CNA Ley 17823 por senadores de Cabildo Abierto, se mantiene la tenencia compartida aún en casos de abuso hasta que no se tenga una sentencia firme, obligando a la víctima a permanecer conviviendo con su agresor. Recordamos a los y las parlamentarias de nuestro país que según organismos internacionales y nacionales, la mayoría de los delitos sexuales sufridos por niñas y adolescentes son intrafamiliares y cometidos por varones.
Urgentes son nuestras vidas. La Ley de Urgente Consideración (LUC) empeora la educación, nos empobrece y arroja al empleo informal, nos expone al desalojo y nos criminaliza, además de recortar la atención de los casos de violencia de género. Utilizar una herramienta jurídica como las leyes de urgente consideración para realizar cambios estructurales en plazos muy cortos, mientras atravesamos una crisis sanitaria y económica mundial, es absolutamente antidemocrático, es abuso de poder, es violencia patriarcal. ¿A quién le sirve una nueva normalidad amparada en una ley urgente si las lógicas patriarcales siguen moldeando nuestra sociedad? La LUC precariza nuestras vidas y las de los más vulnerables por eso este 27 de marzo votamos Sí a anular los 135 artículos de la LUC.
Hace 5 años comenzamos a construir este Encuentro de Feministas Diversas. Estamos y seguiremos resistiendo. Conocemos los desafíos de sostener una lucha colectiva y por eso, día a día, fortalecemos y sostenemos nuestra posición autogestionada, independiente y horizontal. La escalada de odio y violencia con la que buscan desacreditarnos, las dificultades para encontrar acuerdos y generar alianzas, las urgencias por salvar vidas, el uso comercial de nuestros reclamos y la constante exposición de nuestras vidas, no nos hacen dar por vencidas.
En este 8 de marzo convocamos y nos encontramos en el espacio público porque juntas podemos transformar este sistema.
Es tiempo de conciencia y responsabilidad. Estamos hartas del constante arrebato discursivo y práctico de nuestros derechos. Nos desprecian, nos cosifican, nos abusan, nos subestiman, nos violan, nos matan y destruyen nuestros cuerpos como deshechos, porque todavía pueden.
Seguimos juntas, porque a pesar de nuestras diferencias nos merecemos vivir de otro modo. En el contexto en el que nos encontramos es fundamental priorizar a las mujeres en situación de vulnerabilidad socioeconómica, a niñes y jóvenes, y a quienes por expresar su disidencia sufren múltiples formas de violencia y opresión estructural.
Buscamos hacer realidad un nuevo pacto social porque juntas no somos una minoría.
Nosotras sostenemos el mundo y juntas podemos transformarlo.
Estamos Alerta.
EFD